Son muchas las personas que año con año sufren infartos cerebrales de primera instancia o de repetición. Los infartos cerebrales pueden afectar la vida de las personas que los sufren de muchas maneras, dependiendo del sitio y la intensidad de la lesión. De acuerdo con la Asociación Nacional del Infarto Cerebral en Estados Unidos, 2 de cada 3 pacientes que sobreviven un infarto cerebral tienen algún tipo de discapacidad.
Más aún, los tratamientos con los que se cuentan hoy en día requieren de una aplicación dentro de las primeras horas del evento de daño para poder maximizar la probabilidad de recuperación, mucho antes del tiempo que toma a algunos pacientes llegar a los sitios de atención.
Los resultados de una prueba clínica ofrecen esperanza de tratamiento a las personas con discapacidades motrices provocadas por infartos cerebrales, y plantean las bases de un nuevo tratamiento que podría cambiar la vida de las personas afectadas. El tratamiento consta de una inyección de células madre adultas directamente en las zonas de lesión y ha aportado evidencia satisfactoria de su capacidad para restaurar la función motora en los pacientes.
En el estudio se incluyeron a 18 individuos (con una edad promedio de 61 años) que hubieran experimentado un primer infarto cerebral de 6 meses a 3 años antes del inicio de la investigación. Todos los participantes tenían algún grado de discapacidad motriz derivada de su infarto, con los casos más graves siendo incapaces de mover brazos o de caminar. A todos los pacientes se les realizó un trasplante con células madre directamente en el cerebro por medio de un agujero en el cráneo. Las células madre mesenquimales, denominadas SB623, se colectaron de la médula ósea de dos donadores y fueron modificadas para ser capaces de incrementar la función cerebral.
Los investigadores pudieron observar señales de recuperación a partir del primer mes después del tratamiento, las cuales continuaron por varios meses y se mantuvieron por al menos 1 año (más de dos años en algunos pacientes). El doctor Gary Steinberg, autor principal del trabajo y jefe de neurología en la escuela de medicina de la Universidad de Stanford, dice que el potencial del tratamiento es enorme considerando la gran población a la que podría beneficiar. El Dr. Steinberg considera que el efecto observado se debe a los factores liberados por las células SB623 en las zonas de lesión, lo que incrementa la reactivación o la regeneración del tejido nervioso y permite una recuperación de la función motora.
Este nuevo tratamiento tiene el beneficio de obtener resultados favorables, inclusive cuando las células se administran hasta 3 años después del infarto. El grupo de trabajo del Dr. Steinberg cree que este tratamiento podría aplicarse en pacientes con otro tipo de lesiones cerebrales, como aquellas ocasionadas por un traumatismo o por trastornos neurodegenerativos. “La noción solía ser que una vez que el cerebro se daña no puede recuperarse. Si podemos averiguar cómo reiniciar los circuitos dañados, podemos generar un efecto de cambio total en el sistema de tratamiento,” dice el Dr. Steineberg.
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